Educación para todos:
por los derechos, la interculturalidad,
el trabajo y la comunidad
La realidad que debemos superar
De acuerdo al Contrato Social por la Educación, del cual es parte FENOCIN, la “magnitud del problema educativo del país”, tiene como principales indicadores:
* Exclusión: 750 mil niños y adolescentes de entre 5 y 17 años están fuera de la escuela y representan el 22% de la población en edad escolar.
* Mala calidad: De los que han ido hasta el 4to. de básica, el 21.3% no entienden lo que leen, no se dan a entender al escribir y no pueden realizar operaciones matemáticas elementales. En el área rural son el 32.2%. No forma ni ciudadanos ni innovadores. Pero la escuela no sólo no instruye bien, sino que además no forma ciudadanos para la democracia vigente, personas que conozcan y exijan sus derechos y respeten los derechos de los demás, sus leyes e instituciones. Tampoco forma personas creadoras e innovadoras capaces de contribuir a la competitividad del país en la era de globalización.
* Dotación de maestros y aulas: A pesar de esta situación la educación fiscal no está mal dotada, al menos en maestros y aulas. Hay 21,1 alumnos por maestro en la pre-primaria, 25,1 en la primaria y 12,4 en la secundaria. Lo que están es muy mal distribuidos principalmente hacia las zonas rurales. Hay 14,2 alumnos por aula en la pre-primaria, 22,6 en la primaria y 20,1 en la secundaria, aunque la mayor parte de las aulas están en muy mal estado.
* Baja asignación presupuestaria: En cuanto al presupuesto la asignación a educación respecto del PIB, excluyendo la superior, no alcanzó al 3% en el 2006, pese a ello el presupuesto del MEC entre el 2001 y el 2006 se duplicó (de $515 a $1.065 millones), ello no significó mayor acceso y permanencia a la escuela ni mejora en la calidad. Para el 2006, la asignación per-cápita por alumno de la inicial, básica y media es de $ 459 dólares anuales.
* Bajas remuneraciones: La remuneración promedio anual de un funcionario del MEC en el 2006, es de $ 6.942 y mensual de $ 578. Hay otros sectores del Gobierno Central cuyas remuneraciones promedio están por encima de los $ 15.000 dólares anuales, lo que demuestra la desvalorización social del maestro.
A manera de síntesis, tenemos que se ha avanzado poco en términos de acceso, pero no en permanencia y calidad, nuestra educación es excluyente y discriminadora, sus contenidos son poco pertinentes, desactualizados y descontextualizados, no responden a la realidad y necesidades, no se ha asumido interculturalidad como un eje para toda la educación ecuatoriana, no responde a una planificación a largo plazo, su organización es burocrática y clientelar, y no está pensada desde una visión de derechos y sujetos de aprendizaje.
Reflexiones y planteamientos
de los educadores populares de FENOCIN
El capital social del país tiene en la educación su inversión más alta, porque su rentabilidad es la base del progreso y el desarrollo económico, político y social.
Pensamos que la educación da lugar para plantearse y resolver sobre el cómo se quiere ser, cómo se quiere vivir, los saberes que se quieren recuperar, incorporar y/o desarrollar.
Es urgente reinventar la acción educativa como factor clave del desarrollo del Ecuador, articulando los valores de nuestras culturas, la satisfacción de las necesidades fundamentales, el mejoramiento de la calidad de vida y la elevación de la producción y la productividad.
La educación debe recobrar su papel fundamental a la hora de formar hombres y mujeres capaces de enfrentar la realidad con espíritu crítico y con voluntad de comprometerse, profunda y solidariamente, con la defensa de los derechos y la vida de los más marginados y desprotegidos.
Como educadores y educadoras populares, debemos discutir y reorientar el sentido de nuestro trabajo para convertir a la educación en una herramienta que nos permita conocer y comprender la realidad, para transformarla.
En términos de país, creemos importante ratificar que la educación es un derecho de todos los ecuatorianos, que una educación de calidad asegura el desarrollo integral humano individual y social, permite que cada ciudadano tenga iguales oportunidades y forma a los personas para aprender a conocer, hacer, convivir y ser personas que ejercen sus derechos.
Víctor Morocho
Un Dirigente Pasado de Educación e Intercultralidad
La educación nacional debe planificarse en términos de lograr un nivel básico para todos, el laicismo y la gratuidad, con participación y veeduría ciudadana, flexibilidad del currículo, la reforma y la descentralización institucional. Habría que establecer servicios educativos integrando paulatinamente la alfabetización, el cuidado de niños, el trabajo con mujeres, la educación básica, media y superior, la educación de adultos, la escuela para padres, la participación y autogestión comunitaria, y ampliar la oferta educativa en zonas rurales
Adémas, debemos:
* Priorizar el acceso universal a 10 años de Educación Básica gratuita, ampliando la oferta educativa en zonas rurales, eliminando el analfabetismo y suprimiendo las barreras de acceso a la escuela.
* Priorizar la permanencia en la escuela y la calidad educativa, mejorando las condiciones materiales y humanas, dotando a niños y jóvenes de textos escolares gratuitos, incorporando el uso de tecnologías como recurso pedagógico, construyendo un nuevo modelo pedagógico y creando condiciones para que los docentes cumplan a cabalidad sus funciones y responsabilidades, asegurando el respeto social a su tarea, una remuneración digna, formación adecuada, capacitación permanente y mejoramiento profesional permanente.